Hay que parar la explotación en Renault
La producción de Renault España lleva años “batiendo records“. Sin embargo las condiciones de quienes hacen esto posible en los puestos de trabajo cada vez están peor. A continuación recogemos los principales problemas que nos afectan:
- Los ritmos se han acelerado en la mayoría de los casos a costa de aumentar la presión sobre la cadena, recortando el tiempo que tiene cada trabajador para ejecutar el mismo trabajo
- La temporalidad ha aumentado hasta tener líneas con mayoría de eventuales
- La eventualidad en Renault es completamente arbitraria y no se ajusta a criterios de producción: los eventuales enseñan a su remplazo, incluidas las personas que están en formación y que trabajan gratis varias semanas. En este sentido, el ECyL y por tanto la Junta de Castilla y León está poniendo a disposición de una empresa a cientos de trabajadores de manera gratuita varias semanas, sin compromiso ninguno de contratarles y menos aún, de darles un empleo digno con una categoría y una duración propia de los sectores más precarios de la economía. Según el BOCyL de 20 de noviembre, la Junta dedicará 1,7 millones de euros el próximo año a este tipo de partidas.
- Este abuso de la contratación eventual provoca que haya escasez de gente por la prohibición de encadenar más de 2 contratos temporales sin una separación de 6 meses. Esto representa un problema, dado que el argumento manido de los “altos salarios” que en teoría disfrutan quienes trabajan en Renault cae en saco roto cuando esas personas se tienen que pasar meses en paro con o sin prestación. Esto es un problema social para nuestras provincias, afectando al fondo solidario que suponen las cotizaciones por desempleo.
- A la vez, la conversión en indefinidos se hace con arbitrariedad y consolidando el clientelismo en la empresa, lo que degrada el ambiente de trabajo y supone una discriminación al resto de trabajadores. El nepotismo o la contratación según el carné sindical que se tiene es una práctica que desgraciadamente se impone en una empresa en la que lejos de primar la excelencia, se prima la sumisión.
- Se abusa de las horas extraordinarias, además cargadas a bolsa de horas opacas, haciendo que de forma constante se trabajen jornadas extenuantes de 10 o 12 horas. Las horas se avisan en el acto, lo que combinado con el sistema de turnos, incluido el “anti-estrés”, hace que trabajar para Renault suponga convertirse en un aparato más de la empresa: tener disponibilidad total para el trabajo y olvidarse de la vida fuera de la fábrica.
- Los ritmos y las jornadas extendidas provocan numerosos accidentes y enfermedades de origen laboral que la cadena de mando y la temporalidad de la contratación ocultan. Los primeros imponiendo un clima de tensión y competición, como hemos podido comprobar en el caso extremo que se denunció en la fábrica de Palencia el año pasado. Pero no hay que olvidar que la temporalidad consigue que enfermedades de tipo laboral se sufran en casa cuando ya no se trabaja en la cadena, ocultando la causa de estas enfermedades.
Comunicado completo de CNT-Valladolid: https://www.cntvalladolid.es/hay-que-parar-la-explotacion-en-renault/