Las muertes en accidente de trabajo se disparan pese al parón económico. Así se recoge en prensa y en las últimas estadísticas gubernamentales. Suman hasta julio 418, casi 50 más que un año atrás, y solo 14 de ellos a consecuencia de la covid, aunque más de 60 sanitarios fallecieron
Solo en los siete primeros meses del año se han contabilizado 418 accidentes de trabajo mortales, lo que supone 47 más que en el mismo periodo del año anterior, según los datos publicados recientemente por el Ministerio de Trabajo. Ni siquiera en un momento en el que hay menos actividad, en el que la economía se paraliza casi por completo durante casi dos meses y continúa al ralentí, las muertes por trabajo han dado una tregua a la clase trabajadora, continuando su imparable aumento. Ni el confinamiento estricto, ni la desactivación económica, ni la menor producción, ni el desplome en el número de trabajadores ha conseguido frenar una siniestralidad laboral que va 'in crescendo' en los últimos años.
Y no, no se puede culpar a la pandemia, porque la covid-19 solo es responsable de 14 de esas 418 muertes. Apenas representa un 3,3% y, sin embargo, los accidentes de trabajo mortales se han disparado un 12,7% hasta julio.
Otra de las paradojas que arroja esta estadística es ese bajísimo número de muertes de trabajo por coronavirus. ¿Cómo puede ser cuando han fallecido más de 60 sanitarios a consecuencia de esta enfermedad? Óscar Bayona, experto de CC OO en este tema, explica que solo se ha reconocido como accidente de trabajo a los trabajadores de los servicios sanitarios y sociosanitarios y, además, por un periodo muy concreto de tiempo y sin retroactividad: desde que se publicó el Real Decreto Ley del estado de alarma hasta un mes después de que finalizara. No obstante, el Gobierno ha corregido esto y el pasado martes aprobó la prórroga de la consideración como contingencia profesional derivada de accidente de trabajo de las enfermedades padecidas por el personal que presta servicio en centros sanitarios o sociosanitarios por contagio por coronavirus.
Pero las cifras tampoco salen: desde el estallido de la pandemia se computan casi 60.000 casos confirmados de coronavirus en personal sanitario y, sin embargo, hasta julio solo se han contabilizado 592 accidentes de trabajo con baja por este motivo, de los que 14 murieron. «El gran problema es que no se ha reconocido la contingencia profesional de manera adecuada, porque esto no es un accidente de trabajo, sino una enfermedad profesional producida por un agente biológico», apunta Bayona, que urge a que se reconozca así legalmente.
Marzo letal
Pero hay más "incongruencias" en esta estadística. El mayor aumento de la siniestralidad laboral se registró justo después de que se decretara el confinamiento total de la población española, en la segunda quincena de marzo, cuando el virus atacaba sin piedad. Del 14 de marzo al 31 las muertes por accidente de trabajo en jornada se duplicaron respecto a 2019 y ascendieron a 42, pese a que un año antes. La subida en abril fue más moderada (un 5,2%), mayo dio una tregua pero en junio, con la 'nueva normalidad', se volvió a disparar el número de muertes por accidente durante la jornada laboral: 49 en total, un incremento del 40%. En realidad, salvo en mayo y julio, el resto de meses ha habido un sustancial crecimiento de la siniestralidad laboral en jornada, tan fuerte que ni siquiera se ha compensado con la caída de los accidentes mortales 'in itinere' (-9%), consecuencia de que los desplazamientos se han limitado al mínimo por el teletrabajo en su momento y por las restricciones a la movilidad.
El incremento se produce principalmente en los accidentes que afectan a los y las asalariados, lo que deja entrever que trabajamos cada vez en unas condiciones más precarias. Entre los autónomos hay un descenso, probablemente debido a que muchos negocios han tenido que cerrar durante meses.
El alza de las muertes laborales en mujeres casi duplica a la de los hombres: 38% frente a 17%, aunque en términos absolutos la inmensa mayoría de estos fallecimientos tienen nombre de varón: 385 frente a 33.
Por sectores, el mayor repunte de siniestralidad mortal se ha producido en el sector agrario, donde los accidentes de trabajo mortales se han duplicado, seguido de la industria, con un alza del 50%. Solo la construcción ha conseguido reducirlos.
Estos incrementos se dan por el deterioro en las condiciones laborales, el aumento de los ritmos y de las cargas de trabajo. «Los trabajadores cada vez se sienten más inseguros en sus empleos y, ante el riesgo de poder perderlo, asumen condiciones cada vez peores, que incluso pueden llegar a vulnerar la ley y sus derechos», lamenta un portavoz del sindicato CCOO. UGT ha subrayado que hay que extremar la vigilancia en el cumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y ha reclamado la necesidad de iniciar una mesa de diálogo social a nivel estatal en materia de siniestralidad laboral para acordar medidas urgentes que pongan fin a esta situación y articular un Plan de choque contra la siniestralidad laboral de forma inmediata.
Y sin embargo, llevan años pactando con los empresarios en el marco del diálogo social y las muertes y "accidentes" no paran de crecer... Los trabajadores y las trabajadoras, los asalariados, debemos organizarnos (dentro y/o fuera de los sindicatos cuando estos están vendidos) para contener esta sangría. Porque el capitalismo y quienes lo gestionan nunca lo harán por nosotros. Nos va la vida en ello.
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