EXIGIMOS LA READMISIÓN DEL TRABAJADOR DESPEDIDO EN CESPA
Un compañero que trabajaba en CESPA (una subcontrata que trabaja para Renault en el centro único de Valladolid y se dedica al tratamiento de residudos generados por la multinacional francesa) HA SIDO DESPEDIDO tras poner en conocimiento de la empresa las pésimas (y lamentables) condiciones de salubridad y seguridad de los medios con los que están obligados a trabajar.
Tal y como nos ha sido relatado por otros trabajadores: no hay taquillas para todos, el vestuario es "una caseta destartalada" que a día de hoy sigue sin estar preparada como zona de descanso o aseo, "el estado de los retretes de Mordor es mejor que el de aquellos", "el patio donde trabajan es una colección de atentados contra la seguridad y el sentido común", "se están pasando por el forro todas las medidas de seguridad habidas y por haber", etc, etc.
El compañero despedido denunció el estado de las máquinas y los baches de las máquinas por sobrecalentamiento, a primera hora del turno que le correspondía; pero no había responsable que se hiciera cargo de estos incidentes. Tienen que ser los mismos trabajadores los que llamen y hagan los partes a la empresa que alquila la maquinaria para poder seguir trabajando. Por su parte, la representación sindical hizo caso omiso a las denuncias verbales realizadas.
Esta es la situación que el compañero puso en conocimiento de la empresa.
Por esta denuncia es por lo que se le ha despedido.
La empresa en su carta de despido alega que el trabajador "viene incumpliendo de manera reiterada y sistemática sus obligaciones laborales, tales como el cuidado y mantenimiento de la carretilla con la que trabaja". La cosa, evidentemente, es justo al revés: el compañero ha denunciado la insalubridad de las instalaciones, vestuarios, baños, etc., además de señalar en su denuncia las pésimas condiciones de trabajo. Y a esto se aferra la empresa dándole la vuelta para realizar un DESPIDO DISCIPLINARIO a quien se opone a la explotación y al deterioro cotidiano de sus condiciones de trabajo y de vida. Así, concluyen en la carta de despido que "los hechos recogidos con anterioridad se consideran incumplimiento contractual" por "indisciplina o desobediencia en el trabajo" así como "transgresión de la buena fe contractual". En el lenguaje de los empresarios todo queda claro: el trabajador o trabajadora debe callar la boca, incluso cuando las circunstancias de la empresa suponen UN RIESGO PARA LA PROPIA ACTIVIDAD Y LA VIDA DEL TRABAJADOR.
La empresa alega una serie de incumplimientos para justificar su despido disciplinario, pero está claro que nos encontramos ante un caso de REPRESIÓN A LA LUCHA sindical y obrera y a la organización de los trabajadores, mediante una venganza personal contra quien viene representando dicha conciencia y dicha lucha dentro de la empresa.
La prueba es bien clara, la situación de las instalaciones y del material de trabajo ha sido denunciada por el sindicato CGT, mientras tanto, el delegado sindical de CCOO ha mirado completamente para otro lado y no está moviendo un dedo por el compañero, como lleva haciendo en los últimos 5 años desde que fueron elegidos (la única mejora laboral que han conseguido es subir dos euros... ¡las horas extras!). No nos debe extrañar si pensamos que CCOO en las anteriores elecciones fue en todo momento la candidatura de la empresa, frente a la candidatura que encabezaba, curiosamente, el compañero despedido; más aún si tenemos en cuenta la dinámica de pactos y conciliación que suele caracterizar a dicho sindicato.
SOLIDARIDAD DE CLASE con el compañero despedido
Por las condiciones de vida y trabajo de los trabajadores de CESPA, RENAULT y todas sus subcontratas.
POR LA READMISIÓN INMEDIATA DEL COMPAÑERO DESPEDIDO.