MANIFESTACIÓN EN DEFENSA DE LA SANIDAD PÚBLICA EN VALLADOLID.
Informaciones sobre la manifestación ocurrida en Valladolid la mañana de hoy 20 de enero de 2018 a la que han acudido en torno a 50.000 personas:
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ÚLTIMO CERO: https://ultimocero.com/destacada/2018/01/20/historica-manifestacion-la-politica-sanitaria-la-junta-castilla-leon/
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PRENSA burguesa: http://www.elnortedecastilla.es/valladolid/miles-personas-recorren-20180120123800-nt.html
Desde CNT de Zamora nos han hecho llegar el siguiente llamamiento a secundar la manifestación regional en la defensa de la Sanidad Pública.
Una sanidad digna no se pide, se consigue
Hoy en día la sanidad llamada “pública” parece más uno de los inventos
del programa televisivo “El hormiguero” que algo que responda a las
necesidades de las personas, con medidas de reforma que parecen bromas
de mal gusto. Fieles a su línea habitual, gobierno, Estado y la corte de
los expertos dicen que sólo hay una solución al mal funcionamiento de
la Sanidad Pública; hacen consigna –en Castilla y León y en otras
partes- de la “creación de Unidades de Gestión Clínica“, es decir, de
que el personal sanitario se convierta en personal empresario y gestione
el presupuesto de tu centro de salud con los criterios de una empresa
privada.
A esto lo llama la corte de expertos “autogestión”, pero más bien
resulta una puerta a que el sanitario que ya ejerce de
empresarioparalelamente a su empleo público pueda mejorar el negocio en
un entorno de caciquismo. La polémica de la Unidad de Salud Mentalen
Valladolid y Zamora ya muestra de qué lado cae la lluvia de esta
reforma: recortes para la gente, beneficios para empresas.
Años de recetas privatizadoras como ésta sólo se han traducido en que la
sanidad se preste en peores condiciones. Ahorros en personal
y subvenciones a las empresas farmacéuticas y tecnológicas se traducen
en listas de espera. Todos los meses, noticias sobre hospitales
colapsados, sobre centros donde los pacientes sólo tienen sus derechos a
ratos,sobre pelotazos amparados por los directivos a costa del
patrimonio público. Una sanidad destruida al paso fuerte de su venta al
mejor postor privatizador, día tras día, mes tras mes, año tras año.
Son muchos los intereses que quieren sacar provecho del sistema de
salud: un patrimonio de bienes y servicios acumulado gracias al esfuerzo
de la clase trabajadora, tanto la de profesión sanitaria como la que ha
producido el excedente que financió el servicio. El Estado tiene las
llaves que abren y cierran la entrada a ese patrimonio, y ahora las abre
a los inversores mientras las cierra a la gente; trata al sistema como
si fuera suyo y lo pudiera vender, pero para venderlo primero nos lo
roba a quienes lo hacemos posible.
Hay que buscar cómo abrir las puertas del sistema y llenarlo de personas
que tengan algo que defender en él y que se opongan a esas maniobras.
Hay que buscar una sanidad a medida de trabajadoras y trabajadores,
incluyendo a quienes trabajan en ella.
No es ninguna solución el que las sanitarias se conviertan en
empresarias. Tampoco el que los profesionales disputen por diferencias
aparentemente científicas, dejando en mínimos a la atención primaria
mientras la especializada se llena de juguetes al servicio del
encarnizamiento terapéutico. Se trata de tener en cuenta que la sanidad
es de todas, también de quienes trabajan en ella, y entre todas y con la
participación de todas hay que sacarla adelante.
Desde hace años, Mareas Blancas y otras formas de lucha han intentado
parar esta situación. Pero incluso si alguna vez han ganado la batalla
del número de adhesiones, no han conseguido frenar los atropellos
privatizadores. Hay muchas fotos de filas de manifestantes, pero las
listas de espera a las que se arroja a la clase trabajadora sin seguro
privado son más largas. Cabe preguntarse si las recetas de lucha que
hemos aplicado hasta ahora han sido otra cosa que una capa de rebocina
que coge color al calor de una población frita a recortes.
Está claro que limitarse a llamar mil cosas al malvado PP o esperar a
algún superman político que nos rescate es gastar pólvora en salvas. No
sólo porque los que se oponen al PP para ocupar sus sillones hayan
participado de este proceso privatizador, imparable una vez se aceptan
las reglas del juego capitalista. Cuando los coches ponen el peligro a
las ciclistas no basta con quejarse del guardia de tráfico, hay que
cambiar las normas de circulación; del mismo modo, hay que buscar otra
sanidad que esté basada en las personas que la necesitan y no en quienes
la invaden para exprimirla. No podemos abandonar la movilización en la
calle, pues sería como contestar con el silencio a las agresiones que
estamos sufriendo. Pero hay que dar más pasos.
Una de las cerraduras enmohecidas que hay que cambiar es el sistema de
sindicación corporativo y clientelista, que divide artificialmente a las
plantillas y pone la zanahoria tras el palo. El personal sanitario no
puede permanecer indiferente a la privatización de los servicios
“auxiliares”, pues ahí se está cumpliendo el divide y vencerás. La lucha
en torno a plataformas comunes es indispensable en un servicio que es
único.
Pero la solución del problema no es algo que puedan comerse y guisarse
en soledad las personas empleadas por el Estado. Las tablas
reivindicativas tienen que tener muchos niveles y las usuarias no han de
ser vistas como simples números, tienen que participar en su
elaboración. Experiencias como Rebelión Bellvitge o la Asamblea de
Usuarios por la Sanidad Pública de El Bierzo y Laciana marcan un
camino, y no es casual que en el último caso las instituciones hayan
respondido con una intervención policial.
Hemos de tener en cuenta la escuela y ejemplo que suponen diversas
experiencias de verdadera autogestión y de apoyo mutuo, aunque sin
olvidar que hoy por hoy las experiencias existentes no son solución a
corto plazo para las muchas necesidades sin cubrir. Incluso en estas
experiencias hay que mantener alta la guardia de una actitud crítica,
pues no faltan aquí las ventas de remedios “milagrosos” tan
empresariales como las Unidades de Gestión Clínica.
Hemos de manifestarnos y, después de manifestarnos, hemos de juntar
cabezas para recuperar con nuestros medios las capacidades que el
Estado nos roba. Si no quieres estar clavado en la lista de espera, si
no quieres ser cómplice de que tu vecina esté clavada en ella, si
quieres ir más allá de la manifestación de turno, #CuentaConCNT.
http://zamora.cnt.es/2018/01/17/manifestacion-en-defensa-de-la-sanidad-publica-en-valladolid/