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El pasado 12 de marzo se manifestaban en Íscar trabajadores del sector de la madera llegados de diferentes partes de la provincia de Valladolid para exigir un sueldo digno debido a la pérdida de capacidad adquisitiva estos últimos años, después de ver bloqueadas las negociaciones para la renovación del convenio provincial sectorial. A la cabeza de la concentración se podía ver una pancarta con el lema "Sector de la madera en lucha. Salario o conflicto" flanqueado con los eslóganes de los sindicatos UGT, CC.OO. y USO. ¹
La comisión negociadora ha hecho un planteamiento comedido que aún está por debajo de la media de los convenios que se están firmando y siempre por debajo del IPC, propuesta que ha sido rechazada por la patronal y ha abocado a romper la mesa de negociación. ²
Después de mes y medio, vuelve a convocarse una nueva manifestación en Íscar el domingo 30 de abril a las 12:00 h. con salida en la calle Portugal (junto a la iglesia) que tiene proyectada su finalización en la plaza mayor de la localidad. Una vez más, la jornada ha sido convocada por CC.OO., UGT y USO con el mismo lema.
Hoy, jueves 27 de abril, se vuelve a reunir la comisión negociadora, empleando la convocatoria de manifestación de este domingo como herramienta de presión
Pero las cosas van más allá de una reivindicación de un actualización salarial en convenio. Una de las empresas más importantes de la localidad, Marcos Martínez Minguela, S.A. con más de doscientos trabajadores, ha sido comprada en su totalidad por una empresa multinacional francesa. El clima entre los trabajadores es de tensión pues se plantean despidos y jubilaciones en condiciones desfavorables comparadas con las que se estaban ejerciendo en el pasado.
En los años del boom inmobiliario previos a la crisis del año 2.008, el sector de la madera se veía fuertemente impulsado por el ladrillo, teniendo estas empresas un crecimiento exponencial en pocos años. El trabajo abundaba en las carpinterías de Íscar, los jóvenes dejaban pronto los estudios para trabajar en la fábrica y era habitual echar horas extras, en la mayoría de las ocasiones en B, dejando atrás una de las reivindicaciones obreras clásicas de incluir las horas extras en nómina. Eso sí, quien se negará a seguir trabajando una vez acabada la jornada, o quisiera recibir todo su salario en nómina tenía bastante marcado su futuro en la empresa, sin haber respuesta colectiva de los trabajadores. Íscar se convertía en este periodo en uno de los pueblos con la renta per cápita más alta de España, ya no somos obreros, somos clase media, trabajando 10 horas diarias pero con mercedes.
Una vez se produjo el estallido de la crisis del año 2.008, el sector inmobiliario se derrumbo por completo, y con él, todos los sectores accesorios como el de la madera. Empresas cerraban y otras se veían forzadas ha hacer drásticas reducciones de plantilla. Se acabó el sueño de la clase media.
¿Dónde estaban CC.OO. UGT y USO en ese momento? ¿Acaso han demostrado estos sindicatos a los trabajadores que su último objetivo es defender sus derechos? ¿Qué han firmado en los últimos convenios aprobados en el sector? Hacer una reflexión sobre los hechos acontecidos en el sector en las últimas décadas y el papel que han jugado en ellos los sindicatos mayoritarios es un ejercicio imprescindible que deben hacer los trabajadores para darse cuenta de que su futuro está en sus propias manos, y no en la de sindicatos vende obreros, ni muchos menos en la patronal, que ya ha demostrado varias veces lo que les importa sus trabajadores cuando vienen mal dadas.
Solo la lucha de las trabajadoras unidas podrá vencer a la patronal.
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